Marcela es una persona clave en nuestro equipo, muy querida, que impulsa la educación en su comunidad. Empezó como una de nuestras primeras estudiante becadas, y actualmente está cursando un programa en educación superior, para ser certificada como licenciada en educación. Hace más de diez años, fue escogida y entrenada por nuestra entonces voluntaria de Estados Unidos, Lindsey Bloom, para ejercer un papel central en nuestro creciente programa de educación rural. Marcela viene de una familia campesina numerosa, muy trabajadora y diestra en su ambiente rural, pero sin el beneficio de una educación formal acorde con sus amplios talentos.

Marcela y su familia están construyendo un pequeño anexo en su casa, que servirá como centro educativo auxiliar valle arriba de la Fundación. Aquí los estudiantes que viven lejos de la carretera tendrán acceso a una biblioteca modesta y computadoras para realizar las actividades escolares asignadas por la escuela primaria y el liceo, aledañas a esa zona rural.

Siguiendo las imágenes en sentido de la aguja del reloj, se observa a Marcela (1) en el Cyber de la Fundación, ayudando a los estudiantes a hacer uso del Internet; (2) participando en una marcha de estudiantes para el fin de concienciar a la población estudiantil sobre las causas y consecuencias del embarazo a temprana edad; (3) recibiendo un reconocimiento de los estudiantes universitarios por su colaboración e instrucción en un proyecto educativo; y (4) en una reunión con los estudiantes y el personal de nuestro centro comunitario rural.  

Al igual que la Fundación, Marcela hace puente entre dos mundos muy distintos en Venezuela -- el rural y el urbano -- y está ayudando a nuestros estudiantes a cruzar ese mismo puente y así moverse en ambos mundos. Por sus logros, ella ha llegado a ser modelo y motor para muchas mujeres jóvenes.
 

Más de cien familias viven en este remoto valle, y muchos de ellos asistieron a ésta reunión en la escuela rural. El programa de becas de la Fundación, administrado por Marcela, apoya a 50 estudiantes de liceo y 15 estudiantes universitarios de estas familias.

Antes del inicio del programa en el 2003, la mayoría de los estudiantes abandonaron su educación formal mientras cursaban la primaria, y casi ninguno pasaba de sexto grado. Ahora más de 500 jóvenes han asistido al liceo, con más de 100 graduados. De los cuales 15 siguieron a la universidad, y tres (3) han logrado el título universitario.
 
Para que funcione la educación en estas humildes comunidades rurales, las mujeres y los adolescentes también necesitan acceso a servicios de planificación familiar y salud sexual y reproductiva. Evitando embarazos no deseados, las familias podrán guardar sus recursos para darles a sus hijos una mejor educación. De lo contrario, muchos jóvenes tendrían que abandonar sus estudios debido a embarazos no planificados, como pasaba con sus madres. Nuestros servicios de planificación familiar ofrecen mas opciones y apoyo a las familias. En las generaciones anteriores, embarazos frecuentes y partos riesgosos eran parte dura y limitante de la vida, factores que hemos podido mejorar en la actualidad.
 

 
TODOS compartimos un compromiso sincero, eficiente y participativo, para un verdadero servicio a la comunidad que produce resultados contundentes. 
 
Acompáñanos por favor a suministrar estas herramientas básicas para las poblaciones rurales en la construcción de una vida digna y próspera. Los beneficios cotidianos que muchos de nosotros disfrutamos, pueden servir como implemento para un cambio grande en la vida de los que no los tienen.